jueves, 11 de octubre de 2012

CAPITULO II


2. HISTORIA



4. Historia de diseño carro 3D 

El diseño industrial busca crear o modificar objetos o ideas para hacerlos útiles, prácticos o atractivos visualmente, con la intención de satisfacer las necesidades del ser humano, adaptando los objetos e ideas no solo en su forma sino también las funciones de éste, su concepto, su contexto y su escala, buscando lograr un producto final innovador. Tomando las ideas brotoCarles“El diseño industrial sintetiza conocimientos, métodos, técnicas, creatividad y tiene como meta la concepción de objetos de producción industrial, atendiendo a sus funciones, sus cualidades estructurales, formales y estético-simbólicas, así como todos los valores y aspectos que hacen a su producción, comercialización y utilización, teniendo al ser humano como usuario” Es una actividad creativa, que establece las cualidades polifacéticas de objetos, de procesos, de servicios y de sus sistemas en ciclos vitales enteros. Por lo tanto, el diseño es el factor central de la humanización innovadora de tecnologías y el factor crucial del intercambio económico y cultural. El diseñador industrial desarrolla todos aquellos objetos que son susceptibles de ser diseñados o rediseñados, ya sea en la industria electrónica, automoción, juguetera, mueblería,instalaciones sanitarias, aplicación de la ergonomía en diseño de maquinas, en fin fabricación en general.
El diseño industrial es un fenómeno vivo y dinámico. En cualquier reunión de diseñadores industriales podrían escucharse opiniones muy diferentes sobre los comienzos de la disciplina, sus influencias y sus prioridades. Sin embargo, hay dos raíces que nadie discute. Una de ellas parte de la mercadotecnia y la explotación del diseño industrial para aumentar las ventas de un producto y el volumen de operaciones de una empresa. La otra, que constituye un punto de partida histórico más apropiado, es más abstracta, y se centra en el papel que desempeñan los seres humanos en una sociedad industrial, que incluye la búsqueda de formas estéticas apropiadas y mejora de los productos existentes, en una era tecnológica que avanza a gran velocidad. Diseño y reforma social La Revolución Industrial, que comenzó en el siglo XVIII, hizo que se pasara de la producción individual a la división del trabajo en las fábricas. Para los obreros, las condiciones de trabajo eran peligrosas y sucias, y no fomentaban ningún sentimiento de orgullo por el trabajo realizado. Se producían muebles, cuberterías y textiles, destinados a atraer a una nueva clase media urbana que mostraba un gran interés por este tipo de productos y por otros más baratos. “ Según el señor LeskoJim, quien dice que, en el siglo XIX, una serie de críticos y reformadores eminentes, como los británicos John Ruskin o William Morris, encontraron vínculos claros entre los sistemas industriales de fabricación y la pobreza de relaciones entre la sociedad y sus objetos cotidianos, caracterizados por la impersonalidad de las máquinas que los generan” La Gran Exposición celebrada en el Hyde Park londinense en 1851 sirve con frecuencia para ilustrar este debate porque presentó una gran variedad de objetos y máquinas de muchos países entre los que predominaban las recreaciones históricas carentes de espíritu, y tan ajenas a la lógica industrial como próximas al decadente gusto burgués. Entre los reformadores británicos y del resto de Europa se creía cada vez más que el diseño para la industria era una preocupación social fundamental, una cuestión de política nacional y de educación. Esta convicción caracteriza el debate del “diseño para la industria” que tuvo lugar a finales del siglo XIX y principios del XX. El establecimiento de escuelas de diseño, como la Central School of Arts and Crafts, fundada en 1896, fue uno de los primeros intentos de desarrollar una comprensión crítica de los objetos y la arquitectura. El gobierno alemán fomentó la cooperación entre artistas, fabricantes y vendedores a través del Deutscher Werkbund (Asociación Alemana de Artesanos, fundada en 1907), y uno de los miembros de esta organización, Peter Behrens, puede considerarse uno de los primeros diseñadores industriales propiamente dichos, al colaborar con la empresa alemana AEG. El polémico debate de la Werkbund, que continuó con la escuela de diseño de la Bauhaus (fundada en Weimar en 1919), se centraba en las relaciones entre las sensibilidades artísticas y artesanales, el aprovechamiento de la máquina, el uso de nuevos materiales en arquitectura y el diseño para la producción industrial. La pureza formal del movimiento moderno (que se aprecia especialmente en la obra de arquitectos como Le Corbusier o Ludwig Mies van der Rohe) tuvo una importante influencia en la naciente disciplina del diseño industrial.
Los países escandinavos con una gran tradición artesanal y una industrialización tardía, demostraron que el diseño industrial (aplicado a muebles, textiles y productos de consumo) podía combinar los ideales modernistas de la producción en serie, la decoración y las formas directas con los factores humanos sutiles, el conocimiento de los materiales y la facilidad de comercialización. El finlandés Alvar Aalto, el sueco Bruno Mathsson y el danés Arne Jacobsen se hicieron famosos por sus diseños funcionales de aspecto sencillo. Durante la década de 1950, el estilo escandinavo tuvo una gran influencia en el diseño industrial internacional. Uno de los fenómenos más paradigmáticos de la importancia económica del diseño industrial fue el que se produjo en Italia tras la II Guerra Mundial. Allí, un gran número de industrias confiaron su recuperación al apoyo de esta disciplina, vinculada en el país transalpino con la primera generación de críticos al movimiento moderno. Así, empresas como Fiat, Olivetti o Pirelli contaron con las investigaciones formales que introdujeron algunas figuras de la importancia de GioPonti, Ettore Sottsass, Giambattista Pininfarina o Achille Castiglioni, que revolucionaron la imagen de los productos industriales y volvieron a situar a Italia entre los países más pujantes del mundo. El ejemplo italiano sirvió de acicate para el diseño español, que alcanzó a mediados de la década de 1980 una relevancia similar a la transalpina, aunque la industria ibérica no pueda competir a la altura de su rival italiano. Compañías como la francesa Citroën, la alemana Braun o la italiana Olivetti adquirieron una reputación envidiable durante la posguerra mundial por el éxito de sus productos, que se debió en parte a su fe en el diseño. Su trabajo fue reconocido con numerosos premios internacionales de diseño. Diseño industrial y mercadotecnia En Gran Bretaña y los demás países europeos, la Revolución Industrial probó con claridad el principio de división del trabajo. Sin embargo, fue en Estados Unidos donde Henry Ford revolucionó la producción de vehículos con la introducción y desarrollo de las técnicas de cadena de montaje en el automóvil Ford T de 1908. Estas técnicas se introdujeron rápidamente en otros ámbitos de la industria. La producción en serie exigía ventas masivas, y los fabricantes estadounidenses de la década de 1920 no tardaron en reconocer el potencial del diseño industrial. Aunque en aquel momento ya se estaba desarrollando un mercado para bienes de consumo, las empresas estadounidenses tenían gamas de productos bastante similares entre sí y vendían a precios constantes al tener una capacidad de producción similar. Las presiones adicionales surgidas del hundimiento del mercado bursátil en 1929 aumentaron el deseo de las empresas de obtener ventajas en esos mercados tan competitivos. Las empresas empezaron a aprovechar la experiencia de un grupo de personas con conocimientos de primera mano en el fomento de las ventas de un producto determinado. Entre estas personas figuraban los escaparatistas de los grandes almacenes o los artistas comerciales que dibujaban las ilustraciones de los catálogos de venta por correo. Walter Dorwin Teague, Norman Bel Geddes, Henry Dreyfus y Raymond Loewy comenzaron así sus carreras y establecieron asesorías de diseño industrial de gran éxito en Estados Unidos en las décadas de 1920 y 1930 a partir de la colaboración con grandes grupos empresariales.

En aquel periodo se empleó por primera vez el término “diseño industrial” para describir su trabajo, que se centraba en productos de consumo, como automóviles y otros vehículos, neveras, cocinas y una amplia gama de productos domésticos mecánicos o eléctricos”. Las ventajas comerciales no sólo procedían del moderno aspecto estilizado de un producto, sino muchas veces también de mejoras claras en la fabricación o el montaje y de ideas inteligentes sobre el empleo de los aparatos. Los productos de los diseñadores industriales eran con frecuencia más baratos de fabricar y más fáciles de usar que sus predecesores, por lo que se vendían mucho más. Eso hizo que la profesión de diseñador industrial obtuviera un reconocimiento social inmediato. Aquel periodo se asocia muchas veces con el aerodinamismo, que implicaba el uso de los estudios del siglo XIX sobre formas naturales eficientes (como las de aves y peces). Ese movimiento llevó a la aplicación de formas aerodinámicas a los automóviles, trenes y aviones, pero también al diseño estilizado de objetos de consumo estáticos, como tostadoras o grapadoras, como emblema de la modernidad. Actualmente el diseño industrial recoge otros aspectos como optimización de materiales, criterios técnicos de comportamiento de los objetos, mejora continua de los productos y nuevas prestaciones de los mismos.

2.1 ORÍGENES DEL DISEÑO INDUSTRIAL

 El diseño industrial nace al inicio de la Revolución Industrial. La fecha generalmente aceptada del inicio de la revolución industrial es 1770. James Watt perfecciona la máquina de vapor en 1765 y la lanzadera mecánica en los telares de algodón desarrollada por Richard Arkwright empieza a funcionar en 1769. En el corazón de la transformación económica y social forjada por la Revolución Industrial, se encontraba la transformación de los sistemas de producción que abrían las puertas a la producción en masa. En este contexto, algunos ingenieros y hombres de negocios británicos se dieron cuenta de la importancia de dichos cambios y comenzaron a explotar las posibilidades que ofrecían. Gran Bretaña fue la primera en afrontar las consecuencias artísticas y sociales de la Revolución Industrial, y fue también, en donde apareció la preocupación por el problema del diseño. El Puente de Hierro de Coalbrookedale en Inglaterra diseñado y construido entre 1777-1779 por Abraham Darby, se considera el primer diseño industrial. Años después GustaveEffiel en la Exposición Universal de París de 1889, en conmemoración con el centenario de la revolución francesa construye la famosa Torre Effiel, basada en el sistema de estructura metálica y elementos prefabricados del Puente de Coalbrookedale, construido 100 años antes. Wedgwood fue el primero en explotar la división del trabajo en la fabricación de bienes de consumo. Para diseñar sus productos empleó artistas como el escultor John Flaxman, el pintor George Stubbs e innumerables ceramistas italianos desconocidos, cada uno de los cuales intervenía en aspectos parciales, sin que ninguno de ellos se ocupase plenamente de todo el proceso de fabricación. Wedgwood creó con ello una nueva figura del diseño industrial.

A principios del siglo XX coinciden en Alemania varios arquitectos importantes entre otros Olbrich, que trabaja para el gran duque Ernst-Ludwig von Hessen de Darmstadt, y Van de Velde, que lo hace para el gran duque de Sajonia. La Alemania de Guillermo II está viviendo un proceso de industrialización que conduce al país hacia los monopolios en las industrias metalúrgica, química y electrónica.



5. Copas Borghese y detalle bajorelieve

La preocupación de un grupo de artistas –entre otros Behrens-, industriales, periodistas y funcionarios ante la falta de una tradición industrial conduce en 1907 a la creación de la Deutscher Werkbund, institución cultural interesada en salvaguardar la calidad del diseño alemán. Los artistas que se integran en el grupo son todos de tendencia vanguardista. La Deutscher Werkbund recoge en sus principios parte de las teorías del Arts&Crafts inglés, pero no se restringe a la artesanía, sino que se extiende también al trabajo industrial, a la pieza realizada en serie. El documento redactado con motivo de su fundación afirma que el propósito de la institución es mejorar el trabajo profesional a través de la cooperación entre el arte, la industria y la artesanía, por medio de la educación, la propaganda y una postura solidaria. Pero esta postura solidaria fue un tanto efímera a causa de la polarización que se produce en torno a las figuras de Van de Velde y de Muthesius.



6.Orígenes del diseño Industrial 

En el año 1900, Van de Velde había sido contratado para dirigir el Weimar Kunstgewer blicherInstitut. Este arquitecto estaba convencido de que unificar arte e industria es lo mismo que mezclar ideal y realidad, y que una consecuencia de ello puede ser la destrucción del ideal. Muthesius, por su parte, opina que las artes aplicadas tienen un significado artístico, cultural y económico; cree en la necesidad de crear nuevas formas como manifestación visible del impulso interno de una época. Para él las formas son parte de la cultura y cumplen la misión de expresar la unidad de la nación. El medio estético para sentar las bases de una cultura nacional sería definir unos prototipos o normas que consiguieran la unificación general del gusto. El choque entre ambos se produce en 1914 en una reunión de la Werkbund, al defender Muthesius el producto estándar y Van de Velde la individualidad creadora del artista. El arte se pone al servicio de la industria, y los artistas llevan a cabo un gran número de diseños: Behrens diseña lámparas; Neumann, coches; Gropius, locomotoras y compartimentos de coches-cama, etc. En el seno de esta organización madura una nueva generación de arquitectos, entre ellos Walter Gropius, Ludwig Mies van der Rohe y Bruno Taut. Después de la guerra celebran la primera reunión en Stuttgart, en la que nombran presidente a Poelzig.

2.1. REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

 Después de siglos de estancamiento en Europa, el crecimiento económico volvió a encontrar perspectivas muy favorables. La Revolución Industrial iniciada en Inglaterra a mediados del siglo XVIII, al cambiar las condiciones de producción, indujo un enriquecimiento espectacular que se fue generalizando con el correr de los años. Un buen índice de este crecimiento fue su producción de hierro: 60.000 ton. en 1780; 300.000 ton. en 1800 y 700.000 ton. En 1830. Es el mayor cambio que ha conocido la producción de bienes desde 1800 en Inglaterra. La aparición de las máquinas, instrumentos hábiles que utilizan energía natural en vez de humana, constituye la línea divisoria entre dos formas de producción. La producción maquinista creó las condiciones para la producción y el consumo en masa, característicos de época actual, hizo surgir las fábricas y dio origen al proletariado. La revolución industrial es el cambio en la producción y consumo de bienes por la utilización de instrumentos hábiles, cuyo movimiento exige la aplicación de la energía de la naturaleza. Hasta finales del siglo XVIII el hombre sólo había utilizado herramientas, instrumentos inertes cuya eficacia depende por completo de la fuerza y la habilidad del sujeto que los maneja. El motor aparece cuando se consigue transformar la energía de la naturaleza en movimiento. La unión de un instrumento hábil y un motor señala la aparición de la máquina, el agente que ha causado el mayor cambio en las condiciones de vida de la humanidad. La aplicación de la máquina de vapor a los transportes, tanto terrestres como marítimos, tuvo una inmediata repercusión no sólo en procesos de comercialización, sino también en la calidad de la vida, al permitir el desplazamiento rápido y cómodo de personas a gran distancia. La construcción de los ferrocarriles fue la gran empresa del siglo XIX. La tecnología A comienzos del siglo XVIII las telas que se fabricaban en Europa tenían como materia prima la seda (un artículo de lujo, debido a su precio), la lana o el lino. Ninguna de ellas podía competir con los tejidos de algodones procedentes de la India y conocidos por ello como indianas o muselinas. Para entonces, la producción de tejidos de algodón en Inglaterra era insignificante y su importación desde la India constituía una importante partida de su balanza mercantil. Para competir con la producción oriental se necesitaba un hilo fino y fuerte que los hiladores británicos no producían. La primera innovación en la hilandería se produjo al margen de estas preocupaciones: Hargreaves, un hilador, construyó el primer instrumento hábil, la spinning-jenny (1763), que reproducía mecánicamente los movimientos del hilador cuando utiliza una rueca y al mismo tiempo podía trabajar con varios husos. El hilo fino pero frágil que con ella se obtenía limitó su aplicación a la trama de tejidos cuya urdimbre seguía siendo el lino. Continuó por tanto la fabricación de tejidos de lino y la productividad recibió nuevo impulso debido a las limitadas exigencias de la jenny en espacio y energía. Pocos años después surgía la primera máquina, con la aparición de la estructura de agua de Arkwright (1870), que recibe su nombre porque necesitaba la energía de una rueda hidráulica para ponerse en movimiento.
Para entonces, Samuel Crompton había construido una máquina nueva, inspirada en las anteriores, conocida como la mula, y que producía un hilo a la vez fino y resistente. El grueso de un hilo se mide por el número de madejas de 768,1 metros (840 yardas) que se puede obtener con 453 gramos de algodón (una libra). Un buen hilandero podía fabricar 20 madejas y la mula comenzó duplicando esta cifra para pasar a 80 y poco después a 350, más de 268 km. El número de husos, que no pasaba de 150 en la primera versión, alcanzó los dos mil al cabo de unos años y todo ello se conseguía con el solo trabajo de un oficial y dos ayudantes. La exportación de tejidos británica se multiplicó por cien en los cincuenta años que siguieron a 1780. A partir de la renovación de la hilandería se puso en marcha un proceso que condujo a la mecanización de todas las etapas de la producción de tejidos, desde la desmontadora de algodón, fabricada en América por Eli Whitney, hasta las máquinas que en Inglaterra limpiaban de cualquier impureza el algodón en rama (trabajo especialmente penoso por el polvo que levantaba), el cardado y la elaboración mecánica de los usos para la fabricación de hilo. Una vez fabricado éste, los telares mecánicos, desarrollados en Francia por Jacquard, sustituían ventajosamente a los manuales tanto por la rapidez como por la calidad. El blanqueado de la tela, que llevaba varias semanas, se redujo a un par de días cuando al cambiar el siglo se descubrió un procedimiento químico a base de clorina. El estampado, que concluye el proceso, se hacía utilizando tacos de madera, que se aplicaban manualmente, hasta que en 1785 se encontró un rodillo que multiplicó la producción. La demanda de energía que las máquinas textiles requieren fue satisfecha inicialmente recurriendo al método tradicional de las ruedas hidráulicas y las primeras fábricas se establecieron en las orillas de los ríos, tomando el nombre de molinos. La irregularidad de la corriente aconsejaba buscar una fuente independiente de energía. Las experiencias para conseguir un motor capaz de elevar el agua, mediante el vacío producido por la condensación del vapor, habían llegado, a mediados del siglo XVII, a una primera formulación, desarrollada por Savery en una máquina eficaz, aunque de escasa potencia y limitada aplicación. Newcomen combinó la presión de vapor con la presión atmosférica para producir una máquina mucho más eficaz, aunque muy costosa por la cantidad de combustible que requería el calentar y enfriar sucesivamente el cilindro en el que se iniciaba el movimiento. En la universidad de Glasgow enseñaba Black, quien había descubierto la existencia del calor latente de vaporización, principio que venía a explicar la gran cantidad de agua que se necesitaba para conseguir la condensación del vapor. Pero el doctor Watt fue quien dirigió sus trabajos para independizar las dos etapas del proceso (vaporización y condensación) de modo que no hubiera pérdida de energía. La construcción de un condensador independiente, que permanecía constantemente frío, en tanto el cilindro estaba siempre caliente, puso fin al despilfarro de carbón. La utilización de un cilindro de doble efecto permitió prescindir de la presión atmosférica en tanto la aplicación de altas presiones, sin las cuales no había posibilidad de aplicar el motor a un vehículo, se encuentra en el origen de la locomoción mecánica.
De entrada, la máquina de vapor vino a resolver el problema planteado por el drenaje de las minas y, junto con la lámpara de seguridad de Davy (1815), permitió abrir pozos cada vez más profundos y explotar aquellos que habían sido abandonados por las dificultades y riesgos que implicaba la explotación. En cuanto al hierro, su demanda estaba limitada por la dificultad de transformar el mineral. Éste se presentaba combinado con oxígeno cuya eliminación se realizaba mediante combustión en altos hornos. La masa fluida que se obtenía en la parte inferior estaba llena de impurezas que eran eliminadas mediante el afinado, que le quitaba el carbono sobrante, y el forjado, en el que los golpes de un martillo hidráulico permitían homogeneizar su estructura.


2.2. ESCUELAS DE DISEÑO 



6. Diseño industrial. 

JanTschichold plasmó los principios de la tipografía moderna en su libro de 1928, New Typography. Más tarde repudió la filosofía que expone en esta obra, calificándola de fascista, pero continuó siendo muy influyente. Herbert Bayer, que dirigió desde 1925 hasta 1928 el taller de tipografía y publicidad en la Bauhaus, creó las condiciones de una nueva profesión: el diseñador gráfico. Él puso la asignatura de “Publicidad” en el programa de enseñanza incluyendo, entre otras cosas, el Análisis de los medios de publicidad y la Psicología de la publicidad. Cabe destacar que el primero en definir el término Diseño Gráfico fue el diseñador y tipógrafoWilliam Addison Dwiggins en 1922. Es así como Tschichold, Herbert Bayer, LászlóMoholy-Nagy, y El Lissitzky se convirtieron en los padres del diseño gráfico como lo conocemos hoy día. Fueron pioneros en las técnicas de producción y en los estilos que se han ido usando posteriormente. Hoy, los ordenadores han alterado drásticamente los sistemas de producción, pero el enfoque experimental que aportaron al diseño es más relevante que nunca el dinamismo, la experimentación e incluso cosas muy específicas como la elección de tipografías (la Helvetica es un revival; originalmente era un diseño basado en la tipografía industrial del siglo XIX) y las composiciones ortogonales.

“En los años siguientes el estilo moderno ganó aceptación, al tiempo que se estancaba”.Nombres notables en el diseño moderno de mediados de siglo son AdrianFrutiger, diseñador de las tipografías Univers y Frutiger; y Josef Müller-Brockmann, importante cartelista de los años cincuenta y sesenta. La HochschulefürGestaltung (HfG) de Ulm fue otra institución clave en el desarrollo de la profesión del diseñador gráfico. Desde su fundación, la HfG se distanció de una posible afiliación con la publicidad. Al comienzo, el departamento en cuestión se denominó Diseño Visual, pero rápidamente quedó claro que su objetivo actual era resolver problemas de diseño en el área de la comunicación de masas, en el año académico 1956/57 el nombre se cambió por el de Departamento de Comunicación Visual, según el modelo del Departamento de Comunicación Visual de la New Bauhaus en Chicago. En la HfG de Ulm, se decidió trabajar primordialmente en el área de la comunicación no persuasiva, en campos como el de los sistemas de signos de tráfico, planos para aparatos técnicos, o la traducción visual de un contenido científico. Hasta ese momento no se habían enseñado sistemáticamente esas áreas en ninguna otra escuela europea. A comienzos de los años 70, miembros de la Bund DeutscherGrafik-Designer (Asociación de diseñadores gráficos alemanes), dieron a conocer varios rasgos de su identidad profesional, como en el caso de AntonStankowski entre otros. Mientras que en 1962 la definición oficial de la profesión se orientaba casi exclusivamente a las actividades publicitarias, ahora se extendía hasta incluir áreas ubicadas bajo la rúbrica de la comunicación visual. Las imágenes corporativas elaboradas por el Grupo de Desarrollo 5 de la HfG de Ulm, como aquellas creadas para la firma Braun o para la compañía aérea Lufthansa fueron asimismo decisivas para esta nueva identidad profesional. GuiBonsiepe y Tomás Maldonado fueron dos de las primeras personas que intentaron aplicar al diseño ideas extraídas de la semántica. En un seminario realizado en la HfGde Ulm en 1956, Maldonado propuso modernizar la retórica, el arte clásico de la persuasión. Bonsiepe y Maldonado escribieron luego diversos artículos sobre semiótica y retórica para publicación inglesa Uppercase y la revista Ulm que resultarían un importante recurso para los diseñadores a esa área. Bonsiepe sugirió que era necesario contar con un sistema moderno de retórica, actualizado por la semiótica, como herramienta para describir y analizar los fenómenos de la publicidad. Por medio de esta terminología, podía exponerse la llamada "estructura omnipresente" de un mensaje publicitario. La idea de simplicidad como característica de buen diseño continuó presente por muchos años, no sólo en el diseño de alfabetos sino también en otras áreas. La tendencia de simplificar influyó todos los medios en la vanguardia del diseño en la década de 1950. En ese momento, se desarrolló el consenso de que simple, no sólo era equivalente de bueno, sino que también era equivalente de más legible. Una de las áreas más afectadas fue el diseño de símbolos. Los diseñadores se plantearon el problema de hasta qué punto se los podía simplificar sin destruir su función informativa. Sin embargo, recientes investigaciones, han demostrado que sólo la simplificación de formas de un símbolo no incrementa necesariamente su legibilidad.


2.2.1. Siglos XIX y XX

7. Libro de mensajes. 

Durante el siglo XIX el diseño de mensajes visuales fue confiado alternativamente a dos profesionales: el dibujante o el impresor. El primero estaba formado como artista y el segundo como artesano, ambos frecuentemente en las mismas escuelas de artes y oficios. Para el impresor tenía como arte el uso de ornamentos y la selección de fuentes tipográficas en sus composiciones impresas. El dibujante veía a la tipografía como un elemento secundario y prestaba más atención a elementos ornamentales e ilustrativos. Entre 1891 y 1896, la imprenta Kelmscott de William Morris publicó algunos de los productos gráficos más significativos del Movimiento de Artes y Oficios (Arts and Crafts), y fundó un lucrativo negocio basado en el diseño de libros de gran refinamiento estilístico, vendiéndolos a las clases pudientes como objetos de lujo. Morris demostró que existía un mercado para los trabajos de diseño gráfico, estableciendo la separación del diseño con respecto a la producción y las bellas artes. El trabajo de la imprenta Kelmscott está caracterizado por su recreación de estilos históricos, especialmente medievales. El diseño de principios del siglo XX, al igual que las bellas artes del mismo periodo, fue una reacción contra la decadencia de la tipografía y el diseño de finales del siglo XIX. El interés por la ornamentación y la proliferación de cambios de medida y estilo tipográfico en una misma pieza de diseño, como sinónimo de buen diseño, fue una idea que se mantuvo hasta fines del siglo XIX. El Art Nouveau, con su clara voluntad estilística fue un movimiento que aportó a un mayor orden visual en la composición. Si bien mantuvo un alto nivel de complejidad formal, lo hizo dentro de una fuerte Coherencia visual, descartando la variación de estilos tipográficos en una misma pieza gráfica.

Los movimientos artísticos de la segunda década del siglo XX y la agitación política que los acompañaba, generaron dramáticos cambios en el diseño gráfico. El Dada, De Stijl, Suprematismo, Cubismo, Constructivismo, Futurismo, y el Bauhaus crearon una nueva visión que influyó en todas las ramas de las artes visuales y el diseño. Todos estos movimientos se oponían a las artes decorativas y populares, así como también el Art Nouveau, que bajo la influencia del nuevo interés por la geometría evolucionó hacia el Art Decó. Todos estos movimientos aparecieron con un espíritu revisionista y transgresor en todas las actividades artísticas de la época. En este período también proliferaron las publicaciones y manifiestos, mediante los cuales los artistas y educadores mostraron sus opiniones. Durante la década de 1930 se desarrollaron aspectos interesantes para la composición del diseño gráfico. El cambio de estilo gráfico fue trascendental porque muestra una reacción contra el organicismo y eclecticismo ornamenta lista de la época y propone un estilo más despojado y geométrico. Este estilo, conectado con el constructivismo, el suprematismo, el neoplasticismo, el De Stijl y el Bauhaus, ejerció una influencia duradera e ineludible en el desarrollo del diseño gráfico del siglo XX. Otro elemento importante en relación a la práctica profesional, fue el creciente uso de la forma visual como elemento comunicacional. Este elemento apareció sobre todo en los diseños producidos por el Dada y el De Stijl.El símbolo de la tipografía moderna es la tipografía sin serifa o de palo seco, inspirada por los tipos industriales de finales del siglo XIX. DestacanEdward Johnston, autor de la tipografía para el Metro de Londres, y Eric Gill. 


2.3. DISEÑOS Y DISEÑADORES DESTACADOS

Los diseños industriales hacen que un producto sea atractivo y atrayente; por consiguiente, aumentan el valor comercial de un producto, así como su comerciabilidad.
Cuando se protege un dibujo o modelo industrial, el titular -la persona o entidad que ha registrado el dibujo o modelo- goza del derecho exclusivo contra la copia noautorizada o la imitación del diseño industrial por parte de terceros. Esto contribuye a que el titular pueda recobrar su inversión. Un sistema eficaz de protección beneficia asimismo a los consumidores y al público en general, promocionando la competencia leal y las prácticas comerciales honestas, alentando la creatividad y promoviendo productos estéticamente más atractivos.
La protección de los diseños industriales contribuye al desarrollo económico, alentando la creatividad en los sectores industriales y manufactureros, así como en las artes y artesanías tradicionales. Contribuye asimismo a la expansión de las actividades comerciales y a la exportación de productos nacionales.
Los diseños industriales pueden ser relativamente simples y su elaboración y protección poco costosa. Son razonablemente accesibles para las pequeñas y medianas empresas, así como para los artistas y artesanos individuales, tanto en los países industrializados como en los países en desarrollo.


8. Diseño de carro 3D.

2.3.1. Diseño en Colombia.

Con respecto al surgimiento de esta disciplina (la ergonomía), podemos afirmar que la primera vez que se utilizó el término “ergonomía” fue en 1857, por el científico polaco W. JASTRZEBOWSKI, en su obra “Esbozo de la Ergonomía o ciencia del trabajo basada en las verdades tomadas de la naturaleza”, pero aún se estaba muy lejos de alcanzar el contenido preciso dado cien años después por ingleses y americanos. La Ergonomía como ciencia no ha surgido espontáneamente, sino que ha sido el fruto de una larga evolución, desarrollándose mediante el análisis de las situaciones de trabajo, buscando una adaptación del puesto y del ambiente que rodea al hombre que ejecuta un trabajo: el operador.
La primera guerra mundial y el desarrollo rápido de la industria de guerra llevaron a que como resultado de la intensificación del trabajo y la prolongación de la jornada hasta 13-14 horas, la sobretensión de los obreros y la fatiga rápidamente desarrollada alcanzaran límites extremos. La situación era hasta tal punto grave que en 1915 se vieron obligados a formar en Inglaterra un Comité encargado de estudiar la salud de los obreros ocupados en la industria de guerra. Después de la guerra, el Comité fue transformado en Consejo de estudio de la salud de los obreros industriales cuyas investigaciones corrían a cargo de fisiólogos, psicólogos, médicos e ingenieros.
En los años de la Segunda Guerra Mundial, se dio un poderoso impulso a las investigaciones interdisciplinarias destinadas a revelar las condiciones óptimas para la actividad del hombre, así como los límites de sus posibilidades. Esto se debía al hecho de que la compleja técnica de guerra que recibían los ejércitos, con frecuencia no podía ser empleada con eficacia, puesto que se presentaban al personal de servicio exigencias que superaban las posibilidades psicofisiológicas del hombre. Para ello, se invitó a un gran número de especialistas académicos dedicados al estudio de los problemas relacionados con el hombre -anatomistas, fisiólogos, psicólogos- a abandonar sus laboratorios y trabajar junto con los ingenieros.
Al terminar la guerra, los diversos profesionales que trabajaron juntos en la solución de estos problemas, motivados por los buenos resultados y por la demanda de la industria bélica, crearon agrupaciones que se dedicaron al estudio científico de los problemas del trabajo surgidos de la compleja interrelación hombre-objeto-entorno, creándose en Inglaterra la Sociedad de Investigaciones Ergonómicas y en Estados Unidos la Sociedad de Factores Humanos; asimismo, en la Unión Soviética se crearon cátedras y laboratorios de lo que llamaban psicología ingenieril. En este sentido, puede afirmarse que la ergonomía -como ciencia- tiene aproximadamente cincuenta años de vida.
El término “ergonomía” fue adoptado en Inglaterra en 1949, cuando un grupo de científicos ingleses dio comienzo a la organización de la Sociedad de Investigación Ergonómica. Los iniciadores de la creación de la Sociedad (entre los cuales se menciona a K. Murrell, O. Edholm, P. Randle, W. Floid, etc.) fueron unánimes al considerar que la agrupación de científicos de disciplinas contiguas para el trabajo conjunto en la solución de problemas comunes, permite lograr mejores resultados que en principio, no pueden ser obtenidos en el marco de una de estas disciplinas.
En 1957, en los EE.UU. surgió la Sociedad de Factores Humanos, en cuya creación participaron los miembros de la Sociedad de Investigación Ergonómica inglesa. El término “factores humanos” surgió como resultado de la traducción literal y de la contracción de la expresión norteamericana human factorsengineering y adquirió difusión principalmente en los EE.UU., donde designa el campo de conocimientos y la nueva profesión que en Europa se define con el término “ergonomía”.
Posteriormente, se fueron creando en otros países europeos grupos similares (Alemania, Italia, Suecia y otros países industrializados), destacando tanto por el número de sus miembros como por sus interesantes y frecuentes actividades, la Sociedad de Ergonomía en Lengua Francesa.
Las primeras aplicaciones ergonómicas europeas quedaron fijadas en unas líneas de actuación que la diferencian de la Human Engineering, por cuanto ésta busca el óptimo funcionamiento del sistema hombre-máquina, mientras que la Ergonomía prioriza la protección y el confort del hombre en el trabajo.
En 1921, el científico japonés K. Tanaka publicó un libro titulado “Ingeniería humana” introduciendo así en el Japón por primera vez este término. En 1964 se fundó la Sociedad Ergonómica de Investigación Científica japonesa, que publica una revista de problemas de ergonomía. Se crean muchos grupos ergonómicos en las distintas ramas de la industria, el transporte, así como en las universidades y organizaciones de investigación científica.
En 1961, se fundó la Asociación Ergonómica Internacional, de conformidad con la decisión adoptada en 1959 en la Conferencia anual de la Sociedad Ergonómica Británica. En la asociación están representados especialistas de más de treinta países y forman parte de ella varias asociaciones nacionales e internacionales.

“Como una disciplina científica independiente, la ergonomía empezó a desarrollarse en los países socialistas en los años 50. En 1963”,en el sistema del Ministerio de Sanidad Pública y Previsión Social de la República Popular de Bulgaria, fueron organizados los primeros laboratorios de fisiología y psicología del trabajo y se tomaron las primeras medidas para el control ergonómico de los procesos de producción.
Del mismo modo, éxitos sustanciales en el desarrollo de la ergonomía se lograron en la República Popular Polaca, organizándose en 1977 la Sociedad Ergonómica Polaca.
En 1959 en la Universidad de Leningrado A. A. Zhdánov se organizó el primer laboratorio universitario de psicología ingenieril, y en 1966 se instituyó la cátedra de psicología ingenieril y ergonomía.
La ergonomía se desarrolló rápidamente en Hungría, la ex República Democrática Alemana, Rumania, la ex Checoslovaquia, y la ex Yugoslavia, mientras formaban parte del bloque soviético.
Actualmente se considera que existe un gran número de factores que juegan un rol en la ergonomía, estos incluyen las posturas del cuerpo y el movimiento (sentarse, pararse, cargar peso, empujar y jalar), factores ambientales (ruido, vibración, iluminación, clima, sustancias químicas), información y operación (información obtenida a través de la vista u otros sentidos, controles, relación entre los controles y las respuestas que generan), así como la organización del trabajo (tareas apropiadas, trabajos interesantes).
Sobre la realidad de la acción de la Ergonomía en la sociedad y su aplicación en el medio industrial, resalta por su utilización la adjetivación del término ergonómico y del empleo, cada vez más frecuente, que del mismo se hace para caracterizar un objeto de uso y consumo humano, porque tenga en cuenta el componente humano, o sea un elemento positivo para la comercialización, o ambas cosas: bueno, bonito, barato y ergonómico.







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